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Más obesidad = más enfermedades; y las dietas de moda no ayudan

La obesidad es una enfermedad y no sólo un trastorno de tipo estético. La OMS la define como una acumulación excesiva de grasa perjudicial para la salud

Escrito en OPINIÓN el

Para hablar de cómo la obesidad es un factor detonante de otras enfermedades que padece la población en México y el mundo, debemos entender primero que la obesidad es una enfermedad y no sólo un trastorno de tipo estético.

La Organización Mundial de la Salud la define como una acumulación anormal o excesiva de grasa perjudicial para la salud. Pero la etiología de esta enfermedad es más compleja, pues es el resultado de la interacción de factores genéticos, fisiológicos y del ambiente obesogénico en el que se encuentran inmersos los individuos, que promueve malos hábitos alimenticios a través del alto consumo de alimentos ultra procesados, el ritmo de vida al que estamos expuestos: largas jornadas de trabajo sedentario sentados frente a una computadora, las horas que pasamos en el tráfico de las grandes ciudades, el estrés, así como una alimentación mal balanceada, alta en calorías, con exceso en el consumo de carbohidratos simples y  grasas saturadas.

Estos factores favorecen el aumento de peso, que si no es tratado puede constituir un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades cardiacas, diabetes mellitus, hipertensión arterial e incluso algunos tipos de cáncer como el de mama, colon y recto, hígado, ovario y útero, entre otros.

(Foto: Unsplash)

Por ello, es importante que la población desarrolle la cultura de la prevención de su salud en varios niveles:

1. Acudir de forma anual a realizarse un chequeo que le permita conocer su estado de salud e identificar riesgos que puedan estar presentes. En el Instituto Mexicano del Seguro Social contamos con el Chequeo Anual PrevenIMSS, que proporciona acciones de promoción de la salud, nutrición, prevención, detección y control de enfermedades, y de salud reproductiva, para todos los grupos de edad.

2. Cambiar el estilo de vida una vez que detectamos que tenemos factores de riesgo que afectan nuestra salud, como el sobrepeso y la obesidad; es importante generar cambios en la alimentación y romper con la inactividad física. Si bien, tanto en nuestro chequeo como en la atención médica habitual nos pueden instruir en cómo realizar esos cambios, en aquellas unidades médicas con servicio de Nutrición se cuenta con la estrategia NutrIMSS, que consta de acciones enfocadas a mejorar nuestros hábitos de alimentación  a través de la consulta nutricional, así como con distintas sesiones educativas dirigidas a distintos perfiles como: pacientes con sobrepeso, obesidad, enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, mujer embarazada, infancia, etc. Esto resulta de gran importancia, debido a que todo cambio de hábitos es un proceso difícil de llevar, pero con el apoyo profesional es mejor dirigido y más fácil de poder lograr.

(Foto: Unsplash)

3. Ser constante con los cambios realizados. Desde el punto de vista conductual, cuando una persona restringe voluntariamente la ingesta de alimentos, comúnmente llamado “hacer dieta”, se intenta sustituir el control ?siológico de manera arbitraria por un control cognitivo; el cual tiende a fallar por la presión ?siológica (el hambre), el estrés, depresión, la ansiedad,  la presión social. Es por ello que, no se deben llevar a cabo dietas restrictivas que privan al individuo de grupos de nutrientes, sino más bien llevar un plan de alimentación acorde a sus necesidades y que se convierta en un hábito, no en una moda pasajera, buscar asesoría profesional en nutrición, ser constantes, entender que puede haber tropiezos y que los cambios no son inmediato, que el resultado no se debe medirse en tallas o kilos menos, sino en el beneficio que obtendremos en el corto y largo plazo en nuestra salud.