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Signos de alarma del primer año del desarrollo del niño III

En esta ocasión abordaremos cómo debe ser el desarrollo del niñ@ en los trimestres tercero y cuarto y cuáles podrían ser signos de alarma

Escrito en OPINIÓN el

Curso de desarrollo del bebé promedio de los 6 a los 9 meses

En esta etapa se continúa desarrollando la maduración de la motricidad, que determina una mayor destreza en el control del cuello, del tronco, en la funcionalidad de los miembros superiores y especialmente de la mano, en la habilidad para sentarse, para arrastrarse, en el paso de acostado a sentado. Al final del trimestre, a los 9 meses, puede ser capaz de un uso aceptable de la cuchara y lograr el gateo, que implica la coordinación en el uso de los miembros superiores e inferiores y que representa la posibilidad de explorar el medio que le rodea, desplazándose hacia aquello que llama su atención. Esta posibilidad amplía su comprensión del entorno y representa la antesala de la marcha.

Durante este trimestre, preparándose para caminar, comienza a ponerse de pie agarrándose de cualquier punto de apoyo, pero de manera insegura; simultáneamente, sus funciones manuales se perfeccionan mejorando los agarres, y aparece la pinza digital en un inicio rudimentaria y luego cada vez más eficiente. Su atención por el medio a su alrededor se incrementa, se hace más sociable, identificándose con las personas que le resultan familiares; el lenguaje se va haciendo evidente, los balbuceos van dando paso a la pronunciación de sílabas, mientras que simultáneamente su capacidad de comprensión del significado de lo que oye se incrementa.

(Foto: Pexels)

Signos de alarma durante el tercer trimestre

  • Pobre desarrollo motor, caracterizado generalmente por poco control del tronco, no asume la posición de sentado ni siquiera con ayuda, movimientos voluntarios torpes, mal coordinados, con la presencia en ocasiones de movimientos asociados anormales.

  • Actividad refleja anormal.

  • Aumento del tono muscular.

  • Pobre socialización, no se interesa en el medio que le rodea, las cosas no le llaman la atención, no se interesa por los juguetes.

  • No responde a los sonidos.

  • Pobre respuesta a estímulos visuales.

  • Con ayuda no sostiene el peso del cuerpo sobre sus pies.

  • Asimetría funcional de un hemicuerpo: una mano más torpe que la otra, menos movilidad de un miembro con relación al otro.

  • No emite sonidos.



(Foto: Pexels)

Curso del desarrollo del bebé promedio de los 9 a los 12 meses

El niño cada vez es más activo, las habilidades motoras adquiridas en las etapas anteriores se consolidan y perfeccionan.

Se mantiene sentado de forma independiente sin ayuda, se sienta solo y gatea con habilidad progresivamente mayor lo que le permite desplazarse por toda la casa, se para con un punto de apoyo, se desarrolla el equilibrio, el control del centro de gravedad que le permitirán al final pararse sin necesidad de un punto de apoyo. La función manual se perfecciona constantemente, con la práctica y la repetición mejoran los agarres y la pinza digital, emplea las dos manos, aunque generalmente una más que otra, puede introducir y sacar objetos de un recipiente, y al final del trimestre puede ser capaz de dar pasos con ayuda.

Paralelamente al desarrollo motor se aprecia un incremento del lenguaje, responde a peticiones verbales simples, reacciona ante el NO, intenta emitir palabras y puede llegar a decir palabras como papá, mamá, o repetir sonidos. De forma general cada vez se relaciona e interactúa más con el medio y socializa con las personas que le resultan familiares, puede hacer los gestos de adiós con las manos o aplaudir, se establece una clara dependencia afectiva con la mamá y se manifiesta su individualidad siendo tímido, miedoso o afectuoso con los desconocidos, expresando claramente sus preferencias. Cada vez podrá participar de forma más independiente en la comida, el aseo personal o el baño.

(Foto: Pexels)

Signos de alarma durante el cuarto trimestre

  • Alteraciones correspondientes del tono, la reflectividad o la adquisición de las habilidades motoras correspondientes a la etapa o a etapas anteriores. Puede ser objeto de preocupación, por ejemplo; si no se sienta solo, no gatea, no se arrastra, no se pone de pie.

  • Si no responde de forma diferente ante la presencia de extraños en su entorno familiar.

  • Si no emite sonidos o palabras.

  • Si no responde a ruidos o a la voz de la mamá.

  • Si no se muestra interesado en los objetos que le rodean.



(Foto: Pexels)

Conclusiones

El primer año de vida es una etapa trascendental en el humano, en el transcurso de 12 meses pasa de la vida intraútero y de una actividad motora rudimentaria, esencialmente refleja, a lograr dar sus primeros pasos y a conocer e interactuar con el medio que le rodea; este primer año permite establecer las bases necesarias para el aprendizaje, que en los próximos años le permitirá asumir los retos de su integración social.

Detectar en esta etapa los cursos atípicos del desarrollo y comenzar pronto las acciones que permitan neutralizar cualquier elemento que represente una desventaja funcional, es el gran reto de toda madre, de toda familia, que desee lo mejor para su hijo y que no quiera esconder la realidad por difícil que se presente, pues siempre se puede mejorar la salud física y psíquica de nuestro bebé con cuidados y atención preferente.