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Impacto de la obesidad en el desarrollo de preeclampsia

La obesidad materna es un factor de riesgo importante para el desarrollo de diversas enfermedades con impacto en la salud tanto para la madre como para el niño

Escrito en OPINIÓN el

La obesidad materna es un factor de riesgo importante para el desarrollo de diversas enfermedades, con impacto en la salud tanto para la madre como para el niño. Una de esas enfermedades es la preeclampsia.

La preeclampsia es una complicación común que solo se presenta durante el embarazo. Este síndrome (conjunto de síntomas y signos que se presentan juntos y son característicos de una enfermedad) se desarrolla después de la vigésima semana de edad gestacional, durante el parto o en las primeras dos semanas después de éste, y se distingue por aumento de la presión arterial, acompañado de presencia de proteínas en la orina.

La preeclampsia es una de las principales causas de mortalidad y morbilidad (proporción de individuos que contraen una enfermedad en un momento y un lugar determinado) materna y fetal, que se presenta en el 5-7% de las mujeres embarazadas, aunque en algunas poblaciones puede llegar a triplicarse debido a diversos factores sociales, económicos, geográficos y/o sociales o del grupo étnico. 

(Foto: Pexels)

Se sabe que la presencia de obesidad antes y durante el embarazo aumenta el riesgo de preeclampsia, entre tres y cuatro veces en comparación con las madres con peso normal, independientemente del origen étnico de la población estudiada. Lo anterior es muy relevante debido al aumento de la obesidad en todas las poblaciones del mundo, independiente del grupo de edad.

Esto es muy evidente en las jóvenes, incluidas las mujeres en edad reproductiva, que presentan una prevalencia (que es el número total de personas en un grupo específico que tienen o tuvieron cierta enfermedad en un período determinado) de obesidad en las mujeres embarazadas del 1.8% al 25.3%.

Aunado a lo anterior, se ha observado una fuerte asociación entre el aumento del índice de masa corporal (indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos) y el riesgo de muerte fetal, siendo la obesidad responsable del 25% de las muertes fetales entre las semanas 37 y 42 de la gestación.

(Foto: Pexels)

Con todo lo anterior, se considera que ambos síndromes íntimamente relacionados, representan un importante problema de salud pública, aunado a los altos costos de atención médica tanto para las familias como para las instituciones de salud. 

Congruente con el rol de la obesidad como factor de riesgo de preeclampsia, el estilo de vida sedentario y el consumo de alimentos azucarados también representan factores de riesgo importantes para la preeclampsia, ya que ambos contribuyen a un aumento de la ganancia de peso durante la gestación.

Hay que hacer énfasis que el impacto de la obesidad gestacional y la preeclampsia se extiende más allá de los riesgos para la madre y el feto en el embarazo, ya que el entorno intrauterino adverso, programa al feto para enfermedades en la vida adulta y las mujeres con preeclampsia tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en la edad adulta.

De tal forma, que los hábitos de vida saludables que abarcan desde la preconcepción hasta el posparto se consideran una salvaguarda importante para lograr embarazos exitosos y para la prevención de enfermedades gestacionales. Por lo que es necesario reforzar la educación hacia una nutrición saludable, el control del peso, la actividad física, el embarazo planificado y la salud física, mental y psicosocial, con el fin de reducir el desarrollo de la preeclampsia.